¡Muchos Colores!

Comportamiento ondulatorio de la luz

Las ondas electromagnéticas son perturbaciones de campos eléctricos y magnéticos, que no necesitan un medio para propagarse y que viajan a unos 300.000 Km/s en el vacío. Algunos ejemplos de ondas electromagnéticas son las ondas de radio y televisión, las microondas, la luz visible, los rayos X y los rayos ultravioleta.

Las ondas electromagnéticas se diferencian la unas de las otras por su longitud de onda. En las ondas de radio, por ejemplo, la distancia entre dos valles sucesivos, es decir, su longitud de onda, puede ir desde muchos kilómetros a menos de 30 cm. Los rayos gamma, en cambio, tienen longitudes de onda muy pequeñas, por lo que se miden en nanómetros (un milímetro tiene un millón de nanómetros). El ojo humano puede percibir algunas ondas electromagnéticas cuyas longitudes de onda van desde los 400 nm (azul) a los 700 nm (rojo), el espectro visible, más conocido como luz. Los colores corresponden a las distintas longitudes de onda que se encuentran en este intervalo.

Hace tres siglos, Isaac Newton logró demostrar, con ayuda de un prisma, que la luz blanca reúne a todos los colores que podemos ver. Esta separación de la luz en los colores que la conforman recibe el nombre de descomposición de la luz blanca.

En la muestra, el público puede ver qué ocurre cuando la luz pasa del aire al vidrio de un prisma y del prisma al aire nuevamente: se puede notar como resultado un conjunto de haces de colores, que forman un hermoso espectro. Este fenómeno ocurre porque, cuando un rayo de luz pasa de un medio a otro, como en este caso, su velocidad cambia. Éste es el fenómeno de refracción. La dirección que toma la luz en el segundo medio depende de su longitud de onda, y ya que la luz blanca contiene distintas longitudes de onda, cada una de ellas se desvía de manera diferente dentro del prisma. Así, la luz azul toma una dirección distinta a la que toma la luz roja y, como consecuencia, a la salida del prisma vemos la luz blanca separada en sus componentes.